19 may 2012

1932: Rosario: la Chicago argentina


En la década del 30, la ciudad de Rosario se ganó un apodo dentro de las crónicas policiales: la Chicago argentina. Las andanzas de dos italianos, Juan Galiffi -conocido como Chicho Grande- y su rival Francisco Morrone -Chicho Chico-, generaron el cambio de nombre. Galiffi era señalado como el jefe de una asociación mafiosa llamada la Honorable Sociedad. A los dos se los acusaba de asesinatos, estafas y secuestros.
El más cruel de los primeros raptos, organizado por la mafia siciliana, tuvo repercusión nacional .Lo llamaron "el secuestro del siglo". La desaparición y el asesinato de Abel Ayerza, en el inicio de la Década Infame, un joven de 24 años, perteneciente a una familia tradicional de Buenos Aires, ligado a grupos nacionalistas y con amigos cercanos al poder desató una conmoción y provocó importantes repercusiones. Ayerza fue secuestrado el 23 de octubre de 1932. Los secuestradores se llevaron también a Santiago Hueyo (su padre era ministro de Hacienda del presidente Justo), aunque horas después lo liberaron con un mensaje: pretendían 120 mil pesos. El pago se realizó en Rosario, de acuerdo a lo acordado, pero el cautivo no apareció.
Otro secuestro en Rosario reactualizó el misterio de Ayerza. La familia del joven emprendió una investigación por su cuenta. Un allegado a la familia y un policía porteño contactaron en Rosario a Carmelo Vinti, antiguo referente de los grupos mafiosos . Sometido a torturas, Carmelo Vinti reveló que Ayerza había sido asesinado.En aquellos tiempos los delincuentes cumplían con la palabra empeñada y una vez pagado el rescate liberaban sin daños a la víctima. Pero hubo un serio inconveniente… La leyenda dice que una vez pagado el rescate, se envío un telegrama a Corral de Bustos, donde se encontraba detenido Ayerza y por una mala interpretación en el frío papel del telegrama parecía decir: Maten al Chancho, en lugar del salvador Manden al chancho, clave con que se comunicaban los mafiosos en su mayoría italianos.
Una vez encontrado el cuerpo el entierro de Ayerza, en el Cementerio de la Recoleta, dio lugar a un acto multitudinario. Los discursos fúnebres exhortaron a adoptar leyes más duras contra el delito y para el control de la inmigración y la policía emprendió de inmediato una "campaña de limpieza", como se denominó a una serie de procedimientos contra las actividades mafiosas. La deportación de Galiffi, en 1935, fue una consecuencia de la onda expansiva de ese asesinato. "Se tiene la certeza de que en las inmediaciones de Rosario, en dirección a Buenos Aires, se encuentran los principales centros de actividades de los mafiosos", denunció una crónica de la época. Y nadie la desmintió. Osvaldo Aguirre / La Capital
El caso Ayerza inspiró dos obras de teatro: “La Maffia” y “Don Chicho” y tres películas: “Bajo las garras de la mafia” (1933, Ugo Anselmi), “Asesinos” (1933, José García Silva) y “La maffia” (1972, Leopoldo Torre Nilsson).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario